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La App meteorológica del medioevo

Paula

Actualizado: 6 dic 2024


Avisos, alertas de colores, advertencias de tormentas… en un mundo donde el celular se ha convertido en algo más que un elemento de comunicación, es muy común tener instalada alguna aplicación que nos advierta de inclemencias meteorológicas, avisos a corto plazo o nos informe el pronóstico para los próximos días.


Pero en aquellos años en dónde no existía el celular, ni hablemos de la radio, el televisor o el telégrafo, ¿Cómo se advertía la presencia de condiciones meteorológicas adversas?


Pues bien, la aplicación que se usaba en gran parte de Europa eran los toques de campana.


Los poblados, por lo general, se creaban en las cercanías de alguna iglesia o monasterio, dónde el sonido de la campana podía ser escuchado a grandes distancias, en medio del campo de trabajo o incluso en aldeas lejanas. Los distintos toques indicaban el paso del tiempo, como el amanecer o el mediodía, incluso ordenaban los quehaceres diarios e invitaban a la clásica la misa dominical. También avisaban el fallecimiento de algún poblador, diferenciando el toque en caso de ser un hombre, una mujer o un niño.


Pero ante la presencia de algún fenómeno meteorológico adverso también existían toques o “volteos” especiales para dar aviso de los mismos.


Un ejemplo se puede ver en la película “Un paseo por las nubes” (“A walk in the clouds”), con Keanu Reeves, Aitana Sánchez-Gijón y Anthony Quinn. Aquellos que han visto el film, recordarán el repiqueteo constante de las campanas en la madrugada, dando aviso ante la posibilidad de la formación de heladas sobre la plantación de vid. Una vez hecho el alerta, Victoria (Aitana Sánchez-Gijón) le enseña a su reciente esposo Paul (Keanu Reeves) el procedimiento manual de prevención de heladas sobre los cultivos, método utilizado en el viñedo en esa época. La película también sirve de ejemplo para mostrar cómo ciertas costumbres de pronósticos y avisos del viejo continente se aplicaron sin análisis previo sobre la “desconocida” nueva tierra americana…


Pero volviendo al tema de los avisos a corto plazo, ante la presencia de tormentas en el horizonte, la función del campanero se convertía de vital importancia, alertando a los campesinos para la búsqueda de refugio ante el inminente vendaval.


Sin embargo, el toque de campanas no sólo se usaba a modo de alerta, sino también se lo empleaba para ahuyentar a cualquier fenómeno meteorológico adverso. Se creía que con una cierta combinación de toques de las campanas de bronce acompañadas con salmos o cánticos, podían cambiar la dirección del viento, despejar el cielo, evitar el efecto fulminante de los rayos, evadir la caída de granizo y de las lluvias torrenciales que provocaban inundaciones. El repicar de las campanas continuaría mientras dure la inclemencia meteorológica, poniendo incluso en riesgo la vida del propio campanero en medio de la tempestad.


Particularmente en España, uno de esos toques era el llamado “Tentenublo”, “tente nube” o “tente nubo”, empleado en las épocas de tormentas para “desarmar al granizo”. Como bien explican en http://campaners.com/, este toque no “es un simple tañido de campanas […] sino es lo más cercano a un conjuro, un hechizo, donde el hombre una vez más con la intercesión del elemento sonoro más sagrado, intenta vencer, desafiar y modificar a la madre naturaleza”.

Ulrich Molior, "De Lamiss e phitric molieribus," 1489. Representa a dos brujas sacrificando ganado para producir una tormenta fuerte.

Cabe destacar que las tormentas graniceras eran vistas como un castigo divino, creadas por duendes malignos y enviadas para acabar con la ardua tarea realizada en los campos a lo largo del año. Tocando las campanas y recitando estas oraciones, reforzaban el poder del perdón y así contrarrestar las malas condiciones reinantes.


Uno de los tantos cánticos o versos que acompañaba al tañer de campanas decía algo así como: “Tente nube, tente nu/ Que Dios puede más que tú/ Si eres agua, ven p’acá/ Si eres piedra, vete allá/ siete leguas de mi pueblo/ y otras tantas más allá./Tente nube, tente nu/ Que Dios puede más que tú/ Tente nublo redoblado/ Que Dios puede más que el diablo/ Tente nube, tente en ti/ Dios lo quiere y manda así./Tente nublo, tente nu,/ que Dios puede más que tú./ Que el mar es de agua bendita/ y el aparejo una cruz./ Detente, nube maldita,/que Dios puede más que tú.”


Como también se explica en la página nombrada, “en cuanto a la postura del clero ante estos toques era ambivalente. Aunque sospechaban que podría tener algo de supersticioso y contrario a la religión católica, se permitía que se realizaran, puesto que si se salvaban las cosechas del pedrisco, ellos también podían seguir cobrando los diezmos.”


Así que ya sabés: la próxima vez que no tengas internet, te quedes sin batería o tengas un desperfecto en su celular, podes hablar con el campanero o el clérigo de la iglesia más cercana para que pueda avisarte ante la próxima alerta meteorológica. Por si las dudas, no olvides la billetera...


 

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