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Wettersäule aus Buenos Aires

Paula

Actualizado: 6 dic 2024

La columna meteorológica de Buenos Aires


“[…] la columna lanza por nuevos rumbos la meteorología popular, y complica seriamente aquel "Norte claro, Sur oscuro, aguacero seguro", cuya sencillez nos dejaba tan satisfechos y nos inspiraba tanta confianza”.


Así relata la revista “Caras y caretas” en su edición número 672 parte de lo que fue la inauguración de la Columna Meteorológica en la Ciudad de Buenos Aires.


Un Wettersäule o pilar meteorológico es una estructura en forma de torre, de madera o de mármol, con instrumental que muestra públicamente las variaciones de variables meteorológicas en tiempo real y de forma local.

Pilar meteorológico en Saalfeld, Alemania. PH: Deutscher Wetterdienst

Este tipo de construcciones comenzaron a hacerse populares en las grandes ciudades europeas a fines del XIX y principios del XX, en pleno apogeo de la Segunda Revolución Industrial. Solían encontrarse en parques, paseos y mercados, en parte para realizar un seguimiento personalizado de las mencionadas variables y por otro lado, para entretener a la población con los nuevos inventos e instrumentos de medición, que estaban a la orden del día.


Uno de los primeros pilares meteorológicos fue construido en Ginebra en 1838 y, años más tarde, Alemania en Bad Godesberg en 1876. De fácil acceso en todo momento, tuvieron su época de esplendor a principios del 1900, pasando de moda luego de la Primera Guerra Mundial.


Por aquel entonces, la República Argentina se encontraba celebrando el centenario de la Revolución de Mayo de 1810, y los regalos provenientes de las grandes potencias mundiales para la “Europa de América” no se hicieron esperar.

Columna Meteorológica en el Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires. PH:@the.alpenglow

Uno de esos regalos fue esta Columna Meteorológica, otorgada por la colectividad del Imperio Austro-Húngaro en la Argentina, quienes designaron al Ingeniero José Markovich para la construcción de la misma.


La obra comenzó a realizarse el 7 de noviembre de 1910 y finalizó el 8 de octubre de 1911, con su inauguración en el lugar original, la intersección de las calles Alsina y Perú de la ciudad. Parte de las palabras del Embajador von Schucker decían: “Quiera la columna pronosticar siempre grandes bienes al pueblo Argentino”.


El Wettersäule de Buenos Aires estaba formado por una columna de ocho lados de mármol blanco pulido.

"Uno que lo entiende". PH: Revista Caras y caretas

En la parte media central, cada uno de los lados tenía un espacio o nicho donde existían diversos instrumentos meteorológicos de última generación, con sus respectivos carteles informativos. Entre ellos se encontraban un “termómetro de tempestades”, un barómetro y un “barómetro registrador” , el cual era una combinación de un barómetro junto a un instrumento registrador, hoy conocido como barógrafo. Además contaba con un “termómetro registrador” (termógrafo) y un actinómetro, el cual es un elemento usado para medir la intensidad de los rayos solares. Como si fuera poco, también tenía un termómetro de máxima y de mínima “que ni el diablo entiende” (según indica Caras y Caretas) , un higrómetro y un “telégrafo del tiempo de Lambrecht”, el cual era una combinación de un higroscopio y un barómetro, inventado por uno de los fabricantes líderes en Alemania de pilares meteorológicos, Wilhelm Lambrecht.


Telégrafo del tiempo de de Lambrecht. PH: Revista Caras y Caretas


Por encima de estos, se habían colocado ocho relojes de precisión con la hora de las principales capitales del mundo de aquel entonces: Buenos Aires, Londres, Viena, París, Madrid, Roma, Nueva York y Berlín.


En la parte superior de la columna había una esfera de bronce, simbolizando a la Tierra y los cinco continentes, envuelta por otra rejilla también de bronce, representando a la bóveda celeste junto con un círculo zodiacal.





Con el paso de los años, parte del instrumental fue desapareciendo de la misma. Algunas versiones indican que fueron destinadas al Laboratorio del Gas de la municipalidad. Otras versiones dicen que los mismos fueron robados. Cualquiera sea la explicación correcta, el destino del instrumental al día de hoy sigue siendo un misterio.

Así se encuentra en la actualidad el nicho originalmente destinado al termógrafo. PH: @the.alpenglow

Respecto a la torre, por distintas causas fue trasladada de su sitio inicial para ubicarse actualmente restaurada en el Jardín Botánico de Buenos Aires. En los nichos donde se encontraba el instrumental, se han colocado placas de mármol recordando el nombre del dispositivo original que ocupaba esos espacios.


Como bien detallo en mi presentación, el objetivo de este blog es recordar algo sencillo como simplemente ver. Hacer un seguimiento de lo que la madre natura quiere contarnos. Y el instrumental meteorológico nos ayuda a cuantificar esa historia que la Tierra nos quiere contar. Cuantos más datos (observación) se tenga de un evento, menos conclusiones erróneas se obtienen, reavivando el interés por el entendimiento de esta esfera gaseosa en la cual vivimos.


Nuevamente, tomando las palabras de Caras y Caretas, “El público desfila delante de ella desde hace más de una semana, y parece evidente que aquellos barómetros y termómetros despiertan su interés. ¿Cómo no habían de despertarlo, aquí, donde, unos más y otros menos, todos somos aficionados a la meteorología?”


PH: Revista Caras y Caretas
 

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