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Verdades incómodas

Paula

Actualizado: 6 dic 2024

¿Hacia un calentamiento o enfriamiento global?


Desde muy joven me interesa la naturaleza, el cuidado de ella, su entendimiento y las acciones que generamos los seres humanos en nuestro planeta. De adolescente solía enviar cartas a distintas instituciones, para recolectar algo más de información de todo aquello que me interesaba y me preocupaba.


Recuerdo que en una ocasión había enviado cartas a algunas ONGs bastante famosas. Mi consulta se centraba en saber cómo poder mitigar los efectos de la contaminación desde el pequeño entorno, desde mi lugar: mi casa, la escuela, el barrio, con los recursos que tenía a mano. Sentía que con muy poco se podía hacer mucho (y lo sigo creyendo y haciendo). Que con cambios en nuestros hábitos podíamos contrarrestar los daños que se estaban gestando, daños que estas organizaciones publicitaban por los grandes medios de comunicación, con imágenes que daban miedo, impotencia, inquietud, tristeza. Necesitaba el asesoramiento de “expertos” para saber por dónde podía empezar, cómo accionar con mi edad y mis recursos, en mi entorno.


La respuesta de estas entidades no se hizo esperar: a la semana me llegó un sobre con un folleto publicitario con distintos montos y medios de pago para apoyar a sus proyectos, todos desarrollándose fuera de mi barrio, de mi provincia, de mi país, del continente… todos del otro lado del mundo. Proyectos que, si no eran por la difusión generada por las mismas, no se tenía conocimiento de que estuviesen ocurriendo, ni cómo se estaban gestando, ni cuáles eran los resultados a los que se había llegado.


Esa experiencia fue la semilla de mi escepticismo respecto a la información que brindan ciertas organizaciones, y que aparecen en determinados tabloides y portadas relacionadas a cuestiones del cuidado de la tierra, la contaminación y, el gran tema actual, el calentamiento global. A lo largo de mi carrera universitaria y ya recibida de Bachiller, ese escepticismo siguió alimentándose gracias a documentales, publicaciones y películas que no suelen ser tema central en los grandes medios de comunicación, ni en las revistas “científicas” más famosas, ni suelen aparecen en las carteleras del cine.


Hoy en día, gracias a las múltiples plataformas de video, blogs y canales alternativos, gran parte de las nuevas investigaciones al respecto, que no apoyan la teoría “oficial” del calentamiento, están siendo cada vez más conocidas.


Una de esas recientes investigaciones es la de la Dra. Valentina Zharkova, donde concluye, luego de años de estudio, que el sol está ingresando en una fase conocida como el Gran Mínimo Solar. El mismo está proyectado para los años 2020-2053, cuando se produciría un enfriamiento global de la tierra.


Pero, ¿en qué se basa esta teoría?


En lo que se conoce hasta ahora, el sol, como toda estrella, es una gran bola de plasma de densidad y temperatura muy altas. El plasma se define como un gas ionizado, es decir con carga eléctrica. El sol rota sobre su eje como la tierra, pero en su zona ecuatorial gira más rápido que en las regiones polares. Debido a esta rotación diferencial, el sol se convierte básicamente en un gran generador eléctrico (dinamo) donde los campos magnéticos se estiran y se retuercen en las capas más profundas de su interior. Desde esa profundidad suelen salir bucles de campos magnéticos, que penetran en su capa más externa, lo que hace que visualmente parezcan como áreas más oscuras. Las áreas reciben el nombre de “manchas solares” y han sido observadas a lo largo de los siglos, pero desde hace 400 años aproximadamente se tiene una documentación ininterrumpida.


Actividad solar a lo largo de 9 años. Funte: https://svs.gsfc.nasa.gov

Estas manchas tienen distintos ciclos con diferentes intervalos de tiempo. El más conocido es el ciclo de 11 años, llamado Ciclo de Schwaibe, que comienza cuando no se ven o se ven muy pocas en la superficie del sol. Ese punto se lo conoce como mínimo solar. A medida que pasa el tiempo, la actividad solar se incrementa y pueden verse mayor cantidad de manchas, llegando a ser máxima en algún momento del ciclo, al cual se lo denomina máximo solar. Después de que se ha llegado al pico, la actividad del sol disminuye gradualmente así como el número de manchas solares observadas, culminando en otro mínimo solar. Ahora el ciclo de 11 años se repite nuevamente. Con cada finalización de ciclo, el campo magnético del sol cambia su polaridad, generando un intervalo regular en su cambio.


Los picos en los máximos solares, como los días con ninguna mancha solar en los mínimos determinan la fuerza de cada ciclo de 11 años. Pueden aparecer varios ciclos cortos con picos uno tras otro, lo que se conoce como un gran máximo solar. A su vez, varios ciclos largos con cantidades muy bajas o nulas sucesivamente se conocen como un gran mínimo solar. Estos eventos con períodos de tiempo más largos donde el sol está muy activo o muy inactivo a menudo son bautizados con algún nombre, como ocurre con los huracanes.

"El Támesis congelado" mirando hacia el viejo puente de Londres. Abraham Hondius. 1677. Museo de Londres. Fuente: https://es.wahooart.com/

En las últimas décadas, se experimentaron de cinco a seis ciclos cortos de picos altos llamado el Máximo Moderno. Hace siglos, las civilizaciones en la tierra experimentaron varios ciclos largos de picos bajos como el mínimo de Dalton o el Mínimo de Maunder (1645- 1710). En éste último, el sol estuvo tan inactivo que los científicos de esa época pensaron que las manchas solares eran un mito porque nadie había observado ninguna durante casi 70 años.


¿Cómo impactan estos cambios del sol en la tierra?


En su artículo, la Dra. Zharkova explica que el sol es la principal fuente de energía para todos los planetas del sistema solar. Esta energía se entrega a la Tierra en forma de radiación solar en diferentes longitudes de onda, denominada irradiancia solar total. Las variaciones de la radiación solar conducen al calentamiento de la atmósfera planetaria superior y luego de complejos procesos de transporte, esta energía solar llega a la superficie planetaria. A través del estudio del campo magnético solar, Zharkova y su equipo lograron reconstruir los ciclos del sol con fórmulas matemáticas derivadas, pudiendo recrear 800 años hacia atrás y 1200 años hacia adelante. Con esta reconstrucción se puede apreciar el último gran mínimo solar anterior, el mínimo de Maunder (1645- 1710) y según su predicción, en los próximos 500 años habrá dos grandes mínimos solares: el moderno en el siglo XXI (2020-2053) y el segundo en el siglo XXIV (2370-2415).


Para su estudio, cada ciclo solar de 11 años lleva un número. Actualmente, el Sol ha completado el ciclo solar número 24 (el más débil de los últimos 100 años aproximadamente) y en el 2020 inició el ciclo 25.


¿Cuáles pueden ser las consecuencias para la Tierra de esta disminución de la actividad solar?


Gráfico del número medio anual de manchas solares que muestra el ciclo solar de 11 años. Encyclopædia Britannica, Inc.

Para tratar de predecirlo, hay que ver qué ocurrió anteriormente. Durante el período que duró el Mínimo de Maunder, muy pocas manchas solares aparecieron en la superficie del Sol. Desde 1645 hasta 1710, las temperaturas en gran parte del hemisferio norte de la Tierra decrecieron. Esta disminución aparentemente pequeña de la temperatura promedio en el hemisferio norte provocó ríos congelados, inviernos largos y fríos y veranos más fríos que los usuales. Europa y América del Norte se congelaron profundamente: los glaciares alpinos se extendieron sobre las tierras de cultivo del valle; el hielo marino se deslizó hacia el sur desde el Ártico; los ríos Danubio y Támesis se congelaron regularmente durante estos años, así como los famosos canales de los Países Bajos.


Según Zharkova se espera el llamado “gran mínimo solar moderno 1” en los ciclos 25-27 (2020-2053) y el “gran mínimo solar moderno 2” (2370-2415). Esto traería a los tiempos modernos condiciones similares de baja actividad solar como ocurrió durante el mínimo de Maunder. Es posible que durante el gran mínimo solar moderno, la actividad solar se reduzca significativamente y que la temperatura global promedio de la tierra también baje.


La autora concluye su investigación diciendo que “La reducción de la temperatura terrestre durante los próximos 30 años puede tener implicaciones importantes para diferentes partes del planeta en el crecimiento de la vegetación, la agricultura, el suministro de alimentos y las necesidades de calefacción en los hemisferios norte y sur. Este enfriamiento global durante el próximo gran mínimo solar 1 (2020-2053) puede compensar durante tres décadas cualquier signo de calentamiento global y requeriría esfuerzos intergubernamentales para abordar los problemas de suministro de calor y alimentos para toda la población de la Tierra.


Yo me pregunto, ¿Por qué se publicita más una versión de los hechos que la otra?. Si los números catastróficos de temperaturas elevadas y las promesas de océanos inundando las costas de los continentes, que se divulgaban hace 20 años atrás, cuando esa adolescente enviaba cartas preocupada a las ONGs, no se estarían cumpliendo, ¿Qué es lo que está sucediendo? ¿A qué variable está respondiendo la atmósfera?

Y la gran pregunta final, ¿para qué nos estamos preparando?


 

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