Etnometeorología – “Bendigo las lluvias de África”
Una hermosa mañana, un pastor le dijo a Sir Isaac Newton que pronto lo sorprendería un chaparrón. Sir Isaac, sin embargo, siguió cabalgando, ya que el cielo estaba despejado, pero al poco tiempo cayó una lluvia como se había previsto. El físico regresó para comprobar el fundamento de la predicción. “Bueno, señor”, respondió el paisano, “lo único que sé es que cuando mi vaca gira la cola de una manera particular, vendrá un chaparrón”. (“Weather Lore- A collection of proverbs and sayings”- Richard Inwards)
Quizás esto sea una simple anécdota, pero bien se sabe que Newton era un observador de la naturaleza, de la tierra, del sol, del cosmos… en pleno siglo XXI , con la vorágine de la ciudad y las preocupaciones diarias, nos hemos olvidado de observar qué ocurre a nuestro alrededor para darle crédito a los que nos cuenta un modelo numérico detrás de la pantalla de celular. Sin embargo, hoy en día muchos pueblos y tribus aún no han sido afectados por la contaminación de la información impuesta a través de las distintas tecnologías. Así lo muestra un estudio realizado en el 2014 en África, puntualmente, en el delta del rio Okavango, en Botswana.
En el mismo se detalla que un grupo de científicos entrevistaron a un total de 592 jefes de familia de ocho comunidades rurales agrícolas de la zona, para estudiar la metodología usada por los agricultores locales respecto a cómo leen y predicen las condiciones del tiempo para la posterior toma de decisiones. De los entrevistados, menos de la mitad habían tenido acceso a la información meteorológica a través de la radio; un porcentaje muchísimo menor, a través de la combinación de la radio y la TV, y solo un puñado obtenía su información a través de redes sociales, no de las que conocemos usualmente como Facebook, Instagram, etc. , sino redes sociales “tangibles” como como amigos, colegas y vecinos.
Varias son las razones por las cuales los agricultores no adoptan la información meteorológica dada por las instituciones creadas para tal fin. Las más importantes son la falta de acceso a dicha información y la falta de rapidez en la recepción de la misma, las pocas veces que les llega. Sin embargo, también influye fuertemente la complejidad en la transmisión del mensaje meteorológico y las previsiones erróneas que no se corresponden con la realidad.
En esencia, más del 76% de los agricultores no adoptan la información meteorológica “oficial”. Por lo tanto, la mayoría de ellos utiliza información local o nativa para la toma de decisiones agrícolas. Por ejemplo, el 56,3% de los encuestados afirmó haber obtenido información de las personas mayores de su comunidad, como los chamanes que allí reciben el nombre de Ngaka o Dingaka. Sólo el 6% de los agricultores obtuvo información meteorológica de amigos, colegas y vecinos. El análisis muestra que los agricultores dependen en gran medida de las redes sociales comunitarias para acceder a información meteorológica indígena.
Según dicho estudio, dada la brecha existente y la falta de un intercambio efectivo de información entre los agricultores y los meteorólogos académicos, el conocimiento etnometeorológico juega un papel muy importante en las comunidades remotas del Delta. Un porcentaje importante de los agricultores (49%) afirmó discernir si va a llover o no en un momento determinado con solo oler el ambiente. El 82% de ellos basaron su predicción de las lluvias en escuchar el canto de algunos pájaros y los sonidos de ciertos insectos. La mayoría de los agricultores (75%) afirmaron predecir las lluvias mediante el comportamiento de determinadas plantas. Una gran mayoría (94%) de ellos opinó que sus antepasados tenían una experiencia probada y de larga data en la predicción del tiempo, de la que ellos se beneficiaron. Mientras que alrededor del 79% de los encuestados utilizó la observación de la acumulación de nubes y su ubicación en el cielo para hacer predicciones sobre la posibilidad de precipitaciones, el 63% podía predecir la abundancia o escasez de lluvia en un año basándose en el patrón de lluvias tempranas en una agricultura determinada. El uso de ciertos símbolos/signos como el movimiento de los ñus y las aves (74%) y las constelaciones de estrellas (30%) también son destacados en la predicción de las lluvias en un año agrícola determinado. Mientras que alrededor del 54% de los agricultores utilizó su experiencia personal para predecir temperaturas extremas, alrededor del 60,2% utilizó la observación de tendencias (es decir, la secuencia de eventos climáticos anuales) para discernir eventos climáticos en una temporada agrícola en particular.
La investigación prosigue analizando las percepciones de los agricultores sobre la eficacia entre la predicción meteorológica científica y la etnometeorología. En términos de confiabilidad de la información, alrededor del 45% de los agricultores afirmó que “no se puede confiar en el pronóstico científico del tiempo porque falla la mayor parte del tiempo”. En cuanto a su dificultad, alrededor del 62% de los agricultores creen que el conocimiento local en la predicción del tiempo es fácil de entender, a diferencia de la naturaleza compleja del conocimiento científico.
Una proporción significativa (84%) de los agricultores afirmó que tanto el conocimiento local como el científico en el pronóstico del tiempo se producen a través de la observación, la experimentación y la validación. Curiosamente, esta afirmación de alguna manera llama la atención sobre la posibilidad de que exista un punto de encuentro entre ambas formas de conocimiento. En cuanto a las metodologías de producción de conocimiento, el 80,1% de los encuestados creía que la producción de conocimiento científico en la lectura del tiempo es de naturaleza procedimental, a diferencia del conocimiento local, que se produce de manera informal y desprovista de cualquier reglamentación y regulación. En relación con el modo de producción de conocimiento, una abrumadora mayoría (94%) de los encuestados opinó que “el conocimiento local en la predicción del tiempo no requiere el uso de herramientas o equipos sofisticados (como tecnología satelital y modelos informáticos), a diferencia de la predicción científica del tiempo. Además, la mayoría (82,4%) de los agricultores opinaron que “no se necesita educación o capacitación formal para adquirir habilidades en el pronóstico del tiempo local”. Alrededor del 90% afirmó que el uso del “conocimiento local en la predicción del tiempo requiere poca o ninguna inversión financiera”, a diferencia de la predicción científica del tiempo. En cuanto a los puntos en común o la variación de las dos formas de conocimiento, el 59,4% de los agricultores opinó que “el pronóstico científico del tiempo y las predicciones locales son mutuamente excluyentes; son dos cosas completamente diferentes”. Además, la mayoría (56,4%) de los agricultores creía en la exactitud de la etnometeorología. En términos sustantivos, una gran mayoría de los agricultores (93,4%) admitió que “el conocimiento local en la lectura del tiempo implica una gran medida de espiritualidad”, a diferencia de la predicción científica del tiempo, que es de naturaleza puramente secular.
Una de las propuestas con las que concluye la investigación, es la de gestar la posibilidad de intercambio de conocimientos meteorológicos entre los científicos, los agricultores locales y las comunidades, para poder tomar mejores decisiones a nivel político, académico y social; en síntesis, volver a unificar el conocimiento que alguna vez se dividió. Deseo que puedan lograrlo.
Como canta David Paich en el famoso tema de su banda "Toto", “I bless the rains down in Africa”:
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